lunes, 28 de septiembre de 2009

Obama propone destinar en 2010 un dólar a la lucha contra el cambio climático por cada nueve destinados a defensa

Los números aparecen en el informe "Defensa versus seguridad climática: de los años de Bush a la era de Obama" que acaba de publicar el Institute for Policy Studies de Washington (IPS) y fueron difundidos ayer en todo el mundo por el boletín informativo del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

Según el IPS, el presupuesto básico de Estados Unidos para lidiar con el fenómeno ambiental en 2010 ascenderá a 10.600 millones de dólares, "una cantidad ínfima respecto del asignado al Pentágono, 534.000 millones de dólares". Además, el presupuesto del Pentágono no contempla las actuales guerras de Afganistán e Irak, cuyo gasto se estima que "superará los más de 150.000 millones de dólares".

El ítem "88 dólares para defensa por cada dólar destinado a la lucha contra el cambio climático" se ha reducido hasta ese "nueve a uno" gracias al fondo adicional del paquete de estímulo económico aprobado por Obama hace unos meses (Ley de Recuperación y Reinversión Estadounidense) . De no existir ese dinero, señala el IPS, "la proporción hubiera sido de 65 a uno". Y es que 68.000 de los casi 79.000 millones de dólares destinados a combatir el cambio climático están en el paquete de estímulo, "asignación única para impulsar la economía tras la crisis financiera desatada en septiembre de 2008", señala el informe, de 65 páginas.

"Obama considera el cambio climático ‘el desafío de nuestro tiempo’ y ha comenzado a destinar fondos para sustentar su retórica", señala Miriam Pemberton, autora del informe del Instituto de Estudios Políticos, "pero va a ser difícil mantener los fondos para hacer frente al desafío ambiental por el déficit presupuestario en el que estamos inmersos", apuntó. "Una forma importante de conseguir el dinero es reducir el gasto en insumos bélicos que no necesitamos para que la inversión en seguridad pueda ajustarse a la magnitud relativa de las amenazas que tenemos por delante", considera Pemberton.

El cambio climático y la rebelión de las masas
Las consecuencias del cambio climático preocupan a diversos sectores de Estados Unidos, según el IPS, que señala que hace dos años varios generales y almirantes retirados promovieron la realización del informe "National Security and the Threat of Climate Change" ("Seguridad nacional y la amenaza del cambio climático"), que concluyó que las consecuencias del recalentamiento global van a originar "conflictos internacionales por recursos vitales" (agua, alimentos) y que el cambio climático "multiplica los riesgos de inestabilidad en la mayoría de las regiones conflictivas" .

El Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos (Center for Strategic and International Studies, CSIS*) y el Centro para una Nueva Seguridad Americana (Center for a New American Security, CNAS**) divulgaron en noviembre de 2007 "The Age of Consequences" ("La era de las consecuencias" ), un informe de 119 páginas que señalaba que las consecuencias del cambio climático pueden ser demoledoras: "el recalentamiento global puede desestabilizar al mundo", señalaba a la sazón y sin ambages el entonces presidente del CNAS, Kurt Campbell.

El Consejo Nacional de Inteligencia del gobierno de los Estados Unidos (National Intelligence Council) divulgó poco después un informe especial cuyo contenido coincide con los funestos pronósticos de CSIS y CNAS y concluye que el cambio climático puede tener "graves consecuencias para la seguridad nacional" y "poner en riesgo la estabilidad interna de algunos países".

Más dinero en armas que en energías renovables
Más aún, la semana pasada, la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado organizó su primera sesión sobre cambio climático y seguridad global. El senador del Partido Republicano Richard Lugar advirtió en ese foro –informa la agencia Inter Press Service– de los efectos nefastos de no atender el problema. "Las consecuencias del cambio climático incluyen mayor riesgo de sequías, hambrunas, enfermedades y migraciones masivas, todos, posibles disparadores de conflictos", señaló el senador. "A fin de preparar a nuestras fuerzas militares para las futuras amenazas, debemos comprender las formas en que el cambio climático se convierte en una fuente de inestabilidad" , añadió Lugar.

En todo caso, y a pesar de la mejora en la proporción (de 88-1 a 9-1), el IPS señala en su informe que "el gobierno invierte 20 veces más en investigación y desarrollo en tecnología militar que en fuentes de energía limpia". En 2008 –añade el IPS– Washington "destinó 50 veces más recursos a la entrega de armas a varios países que a la ayuda a los pobres en cuestiones de energías limpias y en sus programas de ayuda extranjera". Y ello, pese a que, según el IPS, "invertir en la lucha contra el cambio climático genera más puestos de trabajo que la industria bélica". Además, concluye el informe, "los ejércitos dependen de fondos públicos, en tanto las iniciativas ambientales fomentan la participación del sector privado".

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